SALAS
Iglesia de Santiago de las Caldas

As Caldas fue uno de los asentamientos que en época romana prosperaron en le contorno del poblado de agricultores que, en aquel momento, era la ciudad de Ourense.

Consta la existencia de una capilla mozárabe llamada Santa Catarina de Reza Vella, en la Alta Edad Media, y se tiene conocimiento de la formación de una parroquia en torno a los siglos XI-XII, de la que aparecerán datos hasta el año 1639.

La parroquia de As Caldas tenía un templo románico del siglo XVI que, junto con la rectoral, se encontraba muy cerca del actual cementerio, en las riberas del Miño. Aunque se reformaron en el siglo XVII, pronto quedaron pequeños para atender las necesidades de la población, y ya a finales del siglo XIX estaban en estado ruinoso.

En el año 1905 el obispo Eustaquio Llundain y Esteban le encarga a José María Basterra, arquitecto de la diócesis de Bilbao, la construcción del nuevo templo parroquial. El 30 de Julio de 1910 se coloca la primera piedra en la Avenida de las Caldas.

El edificio se levantó según el gusto historicista de la época. El gótico, con su ligereza y luminosidad, fue su modelo. Los elementos estructurales básicos son el arco apuntado, la bóveda de crucería y los arbotantes, que dan a esta iglesia su imagen característica exterior.

La fachada presenta una sola torre central, típico esquema de las iglesias construídas por Basterra.

En 1919 se le encarga a Maximino Magariños, imaginero religioso compostelano, el retablo. Tiene estructura de portada gótica, con policromía dorada en la que todo es filigrana ojival, y se adapta perfectamente al estilo del templo. Los relieves de los laterales representan escenas de la vida del patrono de la iglesia: Santiago Apóstol. En la parte baja, un Crucifijo del Cristo del Perdón; en el piso superior, una escultura en madera de gran tamaño del Apóstol.

Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil

El monasterio de Santo Estevo es por primera vez mencionado en un documento del año 921. En este lugar existiría posiblemente un eremitorio abandonado en el tiempo de las invasiones musulmanas

Durante su período de mayor esplendor, el monasterio se benefició de la fama de santidad de los nueve obispos que durante el siglo X renunciaron a sus sedes para retirarse del mundo en la vida monacal. Los peregrinos acudían atraídos por los milagros atribuidos a sus anillos y por su historia casi legendaria. En 1499 pasó a depender de Congregación de San Benito de Valladolid.

Las obras de iglesia comenzaron en el 1183 aunque fueron interrumpidas en la siguiente centuria y no se continuaron hasta el siglo XV. La planta de tres naves remata en unos ábsides semicirculares que son la parte románica do templo. La primitiva cubierta de madera se substituía en el siglo XVI por la actual bóveda de crucería ya de estética gótica. En la cabecera, el retablo es obra de Juan de Angés de 1593 y sobre él la luz entra por un rosetón que se abre en el ábside central que tiene menos altura que los laterales. El retablo pétreo del siglo XII que se muestra entre las naves central y norte fue encontrado en un muro del Claustro Grande y representa a Jesús con los doce Apóstoles bajo pequeños arcos.

El incendio del año 1562 y la decisión de que Santo Estevo empezara a funcionar como Colegio de Artes hicieron necesaria la rehabilitación de espacios y la construcción de nuevas estancias. El Claustro Grande o de los Caballeros, el Claustro del Viveiro y la fachada del monasterio son de los siglos XVI y XVII. También de este período es la reforma que dotó de una planta más al Claustro de los Obispos construido en el muro norte de la iglesia en el siglo XIII. Este claustro es la parte más antigua que se conserva del conjunto y en el estuvieron las nueve tumbas de los célebres prelados que pasaron sus últimos días en el convento.

Después de que Santo Estevo pasara a manos del estado en el siglo XIX tuvo varias funciones, pero ninguna evitó la ruina que hizo que el conjunto se deteriorase. En el año 2004, tras una profunda reforma, el monasterio abrió las puertas como Parador de Turismo.

Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadañedo

Antes de que en el año 1174 los abades de Xunqueira y Montederramo firmasen un documento, con intercambio de posesiones, que les comprometía a respetar la paz entre ambos monasterios, probablemente existía en este lugar un cenobio familiar. Aunque de incorporación tardía, el monasterio de Xunqueira aparece en 1207 citado en el Capítulo General de la Orden del Císter que llevaba desde mediados del siglo XII colonizando el interior de Ourense.

Para el siglo XV el monasterio había entrado en una cierta decadencia y las estructuras estaban arruinadas y necesitadas de reformas. El Claustro Regular, la Hospedería y la Portería se reedifican en el año 1546 cuando Xunqueira de Espadanedo se integra en la Congregación de Castilla. Nuevas instalaciones como la sacristía y el coro alto también se levantan en este tiempo durante las obras de mejora.

Construida en románico tardío, la iglesia despliega, bajo una cubierta de madera, tres naves separadas por pilares que desembocan en ábsides semicirculares orientados al este. En la limpieza de los muros del interior del templo se aprecia el gusto cisterciense por la sencillez y la sobriedad. Sin embargo, los historiados capiteles de las columnas desarrollan hermosas representaciones de animales fantásticos, motivos vegetales y una rara imagen de las murallas de la Jerusalén celestial.

En la cabecera detrás del altar pétreo medieval, el retablo manierista de madera es obra de Juan de Anges de finales del siglo XVI. Rematado con un Calvario y los escudos de la Congregación de Castilla, el conjunto presenta escenas de la vida de Jesús y de María que enmarcan la hermosa talla de la Asunción. Formaba parte del retablo de san Bernardo, imagen que muestra el momento en el que el santo adquiere sabiduría y el don de la oratoria a través de la leche de la Virgen. Recién restaurada, se encuentra ahora en uno de los muros del templo.

De las portadas románicas del exterior se conservan la del lado norte en buen estado pero cegada y la del sur que da al claustro. La occidental se derrumbó en 1800 y un año después se construyó la actual neoclásica rematada con la torre de las campanas de inspiración barroca.

El monasterio de Xunqueira permanece habitado hasta la desamortización de 1835 cuando sus dependencias pasan a ser propiedad municipal. De la antigua edificación conventual queda la barroca entrada que da paso a la bóveda de casetones de la Portería, la Hospedería y parte del hermoso claustro Reglar renacentista de estilo toscano del siglo XVI.

Teatro Principal

Santiago Sáez Pastor decidió construir en la década de 1830 el Teatro Principal en la calle de la Paz, antigua calle de los Zapateros. Al parecer fue una especie de venganza porque vendieron el palco que él tenía reservado, en un día de función, en el teatro viejo.

Levantó el nuevo teatro en el lugar donde tenía su vivienda y su negocio, un banco. El resultado fue un pequeño teatro «a la italiana»,  es decir, con un patio de butacas y palco en la planta baja, tres pisos de palcos y escenario. El techo con decoración vegetal y geométrica. La parte que daba a la calle tenía planta baja, que era el vestíbulo del teatro, y cuatro alturas que se destinaban a viviendas.

Fue durante bastantes años el único teatro público de la ciudad y el lugar de ocio más selecto. Era el centro de la vida social y cultural y en él hubo conciertos, zarzuelas, obras teatrales, bailes, mítines… El poeta Zorrilla leyó sus versos en el Principal, Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán participaron en un concurso literario y personajes como Calvo Sotelo o Gil Robles organizaron en él importantes actos políticos.

En 1912 el cine llega a Ourense y el Teatro Principal, tres años después, proyecta su primera película Viva el Rey, en una sala remodelada y adaptada a las nuevas necesidades.

En la transición se cerró y estuvo a punto de desaparecer. “Trátase de salvar o Principal” fue la consigna de un grupo encabezado por artistas, profesores, arquitectos y gente de la vida púlica ourensana, que logró que la remodelación comenzara a principios de los años 80. El Teatro Principal reabrió sus puertas en 1992.

www.teatroprincipalourense.com

Monasterio de San Pedro de Rocas

Muy posiblemente el monasterio de San Pedro de Rocas existiera ya como asentamiento de algún tipo de vida eremítica desde finales del siglo IV. El año 573 es el que aparece, con todo, en la lápida que algunos consideran la carta fundacional del monasterio y que se conserva en el Museo Arqueolóxico de Ourense. La fecha y el texto de la estela dan testimonio de la existencia de un primitivo cenobio de carácter tal vez familiar que, aunque sin intención constructiva articulada, contaba con una serie de cuevas naturales a modo de celdas para el aislamiento de los eremitas y organizaba la vida alrededor de un espacio empleado para diferentes actividades comunitarias. Estuvo ocupado con regularidad hasta el siglo VIII cuando, coincidiendo con las incursiones árabes en tierras gallegas, fue abandonado.

Abandonado y en ruinas lo encontró, durante una cacería, el caballero Xemunde quien iniciará la recuperación de la actividad conventual. Bajo la protección del rey Afonso III, a partir del año 900, comienza una nueva etapa que vivirá el máximo esplendor en el siglo XII coincidiendo con la dinamización monacal de la Ribeira Sacra.

La primitiva construcción se adaptará a la nueva vida monástica reglar que se está desarrollando. La iglesia, único ejemplo de edificación rupestre que existe en Galicia, consta de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón que terminan en tres ábsides semicirculares. Un lucernario, abierto en el segundo tramo de la nave central, ilumina cenitalmente el recinto. Para cubrir las necesidades de espacio del monasterio se construye en el siglo XIII, delante de la fachada románica, una nave transversal que presenta el suelo cubierto de sepulcros antropomorfos escavados en la roca.

Destaca, en el exterior, la espadaña de finales del XV que se levanta sobre una piedra de 14 metros de altura abierta con un gran arco que da acceso al antiguo cementerio. El claustro del monasterio fue destruido, con seguridad, en el incendio del año 1640 y en esa misma época se alzó el nuevo y sobrio priorato de planta rectangular que, después de la exclaustración del XIX, se convertirá en casa parroquial.